lunes, 2 de mayo de 2011

EL PROFETA DEL ODIO

Hoy el mundo ha amanecido con la noticia de la eliminación física del profeta del odio, evidentemente hay muchos profetas del odio, no obstante, Osama Bin Laden, sin duda alguna se cristalizaba en su persona como el más celebre representante de ello. Una vez conseguido el objetivo de Estados Unidos, me parece que ha llegado el momento de perseguir con el mismo ahínco la eliminación del “odio” también, de lo contrario hay y habrá muchos otros profetas del odio e intolerancia que surgirán en lugar del desaparecido.

La pregunta que nos surge ahora es, ¿cómo se puede eliminar la idea que sustenta este odio? En este punto cada uno, supongo, que tendrá una idea al respecto. Yo personalmente creo que para conseguir este objetivo, en primer lugar tenemos que tener claro cuales son las causas que desembocan en esta idea. ¿Por qué un muchacho de 12 años o un hombre de 30 o una mujer joven se prestan en asesinar a otros seres matándose al mismo tiempo? Sin duda alguna la injusticia, la pobreza y años de dictaduras y humillaciones en las sociedades de muchos países del mundo son el mejor caldo de cultivo para que surjan este tipo de ideologías. Y para empeorar aun más el resultado, la utilización de la religión como el instrumento de canalizar este odio, objetivo conseguido perfectamente por grupos como Al Qaeda, los Talibanes, Yihadistas y un número amplio de grupos que aprovechan las penurias de las personas para ofrecerles una amalgama de ideas cuyo fundamento lo atribuyen a dios.

Nuestra meta ahora debe ser la creación de un mundo con un sistema de distribución de la riqueza más justo, para que todos los pueblos del planeta puedan tener las mismas oportunidades a su alcance. Para que la pobreza y el hambre dejen de ser los problemas endémicos y eternos de este mundo en el cual una minoría tiene más riqueza que el 80 por ciento del resto. Sin solucionar estos graves problemas siempre nos encontraremos con un profeta del odio, se llame Bin Laden o cualquier otro. En realidad el problema no son las personas, puesto que siempre habrá otra que llena el vacío dejado por el desaparecido, sino la idea misma que subyace en el fondo de su mensaje.

En segundo lugar es la educación de las generaciones venideras en la cultura de la convivencia armoniosa, cuyo pilar fundamental no es otra que la Tolerancia. La tolerancia es el respeto al que no es como nosotros, a su libertad de tener opiniones distintas, de ser diferente en su aspecto físico, de su forma de pensar, en resumen aceptar que el de al lado no siempre esta 100 por cien equivocado y nosotros siempre a disposición de la verdad absoluta. Una vez que podamos inculcar esas ideas en lugar del odio e intolerancia, sin duda alguna, hemos recorrido un trozo enorme del camino.

Quisiera aclarar un punto que a mi me parece importante, siempre hemos oído la frase que se repite sin cesar, “respeto a la opinión del otro”, yo la verdad no creo en esta frase, yo sin lugar a dudas no respeto una opinión basada en la ideología Nazi o la misma idea que representaba Bin Laden. Yo creo en el respeto a la libertad de cada cual para pensar de forma distinta, sin embrago, no la misma opinión que puede ser totalmente destructiva e intolerante.

Para terminar creo que cada uno de nosotros tenemos que empezar este cambio por nosotros mismos, y recuerdo la frase del gran Gandhi; “debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario